En 1974, otra noticia
impactante desde Santo Domingo y es que todo lo que representara una
oportunidad para que levanten el impedimento de entrada al país, llamaban
poderosamente la atención; denominado Movimiento Liberador 12 de Enero,
al mando de Radhames Méndez Vargas y los demás integrantes eran Francisco
Santana, Nicolás Contin, Fernando González, Rolando Barinas, Pacheco (Canita),
y Colombino Pérez a quien apodaban el chato, estos dos últimos desaparecidos
sin dejar rastro. Entre la frontera de Panamá y Costa Rica
Estos chicos
secuestraron a Bárbara Hutchinson, quien era la consejera de prensa de la
embajada de los Estados Unidos en República Dominicana, entre otros funcionarios
del consulado venezolano, tras casi doce días de negociación, bueno ellos
pedían la liberación de los presos políticos, entre los que estaban Plinio
Matos Moquete, y Rafael Isidro Santana,
este último, hermano de Frank Santana y otros 38 más en el mes de octubre deciden liberar a los
rehenes. Y automáticamente fueron expatriados, su destino Panamá, como una
política de solidaridad el general de brigada Omar Torrijos Herrera, jefe de
estado panameño, les recibió y les dio estatus de asilados políticos y les
facilito empleos en el proyecto en desarrollo de la hidroeléctrica del Bayano.
Llegaron a Panamá en un estado físico deplorable, con visibles signos de
agotamiento, desnutrición y deshidratación e incluso Rolando Barinas venía con
una herida de arma de fuego en el pie,
por lo que requirió una cirugía urgente y la amputación de un dedo, el comando
fue recluido en el pabellón Victoriano Lorenzo del hospital Santo Tomas en la
que se le prestaba atención médica a los miembros de la Guardia Nacional y por
su parte mi padre sin perder el tiempo se presentó al hospital a visitar a los
nuevos compatriotas y por supuesto para ponerse a la orden, poco tiempo después
ya recuperados llegaron a la casa con mi padre, todos eran bien jóvenes.
Pero bueno esa no fue
la única azaña de Radhames, a quien le apodaban, “el Pirata”, en julio de 1968
ya había emprendido una aventura, secuestrando un avión de VIASA en el que
viajaba rumbo a Venezuela, lo desvió a Cuba convirtiéndose en pionero de la
piratería aérea, en ese entonces a su retorno a Santo Domingo, es sometido a la
justicia y condenado a diez años de prisión, allí fue torturado salvajemente y
su espalda mudo testigo de ese martirio llevaba cicatrices insoslayables. Poco
tiempo después su familia compuesta por su esposa Sonia Fontana de Mendez y sus
pequeñas hijas Dennis Mendez y Simnia de
9 y 8 años respectivamente, niñas muy brillantes y de una madures increíble no
tardaron en demostrarlos en sus estudios en la escuelita estatal república de Chile,
tiempo después Sonia y Radhames concibieron unas gemelas que nacieron sin vida
y finalmente nació Jerusalina quien es ahijada de mis padres.
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