“Aunque
lejos todos los que estábamos fuera nos preocupaba la situación que imponía el
régimen del doctor Balaguer, en Santo Domingo, cada dia un muerto nuevo y una
desaparición diferente. El 12 de enero
de 1972, cuando Amaury German Aristy líder del grupo y sus compañeros, Virgilio Perdomo, Bienvenido Leal
Prandy (La Chuta), y Ulises Cerón Polanco.
Emprendieron el viaje hacia la muerte por la autopista Las Americas, nos
arrastraron a todos, su sangre sello esa carta que me viene ha decir que en mi
patria no hay justicia, y el reforzamiento del poder trazo la política del
aniquilamiento total de los cuadros de la insureccion del 65, las secuelas que
quedaron, corrupción, chantaje y muerte.
En febrero de 1973 una nueva noticia nos
estremece y surgen nuevas esperanzas, los rumores de un brote guerrillero en
las montañas de Ocoa era un secreto a voces
“Cuando
se produjo el desembarco de Caamaño y sus hombres, la Republica Dominicana era
un pueblo inerme, ante este quietismo es que Caamaño deside comulgar con el
ejemplo, esto fue una sorpresa para todos, los de adentro y los que estábamos
fuera, pero no terminábamos de salir del asombro cuando una nueva noticia nos
paraliza. El fracaso de este plan. Indudablemente los nueve que desembarcaron,
debían tener conocimiento de tactias militares, pero quines los cambatieron aun
mas conocían su trabajo, otras circunstancias, el numero de los guerrilleros
era muy reducido y la falta de compromiso del mismo pueblo y sobre todo de la
dirigencia política de oposición.
Además
de Caamaño en su aventura lo acompañaron los
integrantes de este grupo guerrillero que fueron; Heberto Lalane, Toribio Peña
Jáquez, Hamlet Hermann, Claudio Caamaño, Mario Nelson Galán, Alfredo Pérez
Vargas, Ramón Euclides Marte y Juan Ramón Payero Ulloa.
En
marzo de ese mismo año, las fuerzas armadas cortaron todas nuestras esperanzas,
al anunciar la aniquilación del brote guerrillero. Quedando como
sobrevivientes, Claudio, Hamlet y Peña Jaques, el hecho es que la vida siguió
su curso y Hamlet, Claudio y Peña salieron al exilio.”
Alli cerramos ese
doloroso tema de la muerte de Caamaño, de lo que no quiso hablar mucho y yo no
quise presionarlo tampoco, era una época en que se pintaba cada vez mas lejos
el retorno a la patria amada. Fueron unos años algo difíciles, de mucha
nostalgia y soledad para mi padre.
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