“Los asesinatos producidos a partir de la instalación del gobierno
provisional, del Dr. Héctor García Godoy merece el calificativo de nuevo
terror, con la actuación de grupos con autonomía y otros financiados por la
Agencia Central de Inteligencia. En 1966 luego de la elecciones, que le dio el
turno al bate al Dr. Joaquín Balaguer los grupos paramilitares proliferaron y
acciones como los dela banda colora, que no era ni controlada, ni dirigida por
el gobierno, sin embargo se nutría del régimen, se demostró que las causas de
los asesinatos había que buscarlas arriba y que las responsabilidad era de los
que se habían quedado con el poder militar luego de la revolución del 65. La
destitución Morillo López de la policía
y el nombramiento de Ney Tejada, abrió las puertas a la inseguridad colectiva,
con las desapariciones forzosas se perdió toda la tranquilidad momentánea que
había logrado Morillo López y Balaguer de hecho facilito la llave.”
La vida se hacía cada
vez más peligrosa, el temor de mis abuelos Ángel y Lula, crecía con el pasar de
los días, y la verdad es que después de casi nueve meses nuestra vida no mejoro
y mis padres decidieron que era hora de irnos. Mi abuelo Emel nos regaló los
pasajes para viajar a Panamá. Partimos en noviembre de 1967,
el viaje debió tomar
varios días, casi toda la familia nos llevó al aeropuerto, esa fría mañana a
bordo de la camioneta GMC de “Negro”, la pareja de mi tía Teresa, la despedida
fue muy triste allí iniciaba nuestro exilio, viajamos por todo Centroamérica
hasta llegar a Panamá.
Esa navidad mi padre
inicio labores en la compañía aérea RAPSA, y el primer contacto que hizo en
Panamá fue el sr. Bobby Hernández, un dominicano que le abrió las puertas de su
casa y su familia, realmente Bobby siempre tuvo el respeto de mi padre, él fue muy,
muy especial en su vida y estoy segura de que lo ayudo mucho.
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