martes, 6 de septiembre de 2016

LA YUNTA PUEBLO GOBIERNO : SE CREA EL DISTRITO ESPECIAL DE SAN MIGUELITO


“La iglesia en San Miguelito tenía una organización muy característica, estaba dividido en bloques perfectos que formaban áreas, para inicio de la década de los 70 en uno de sus patrullajes domésticos, el general Torrijos aprovecho esta organización e inicio un proyecto denominado “ayuda mutua” o “yunta pueblo gobierno”, para la creación de un plan piloto llamado “distrito especial”, se trazó los planos separando 50 km2 y se dispuso llamar a una elección popular supervisada por el nuevo tribunal electoral, donde se designó autoridades interinas entre ellas un alcalde el sr. Paulino Salazar  y representantes por cada área quienes le iban a permitir desarrollar este proyecto, sin embargo algunos dirigentes se opusieron o se manifestaron en desacuerdo con el nuevo distrito.
En un discurso frente  a los moradores del distrito de San Miguelito hacía alusión a que una junta compuesta por el pueblo y el gobierno no podía fracasar porque estaba constituida con cariño y hablo de las pequeñas desuniones que existía entre los dirigentes que algunos eran de la iglesia y otros eran veteranos sindicalistas y activistas del Partido del Pueblo (partido comunista panameño), pero el general Torrijos le hizo ver que esas desuniones eran tan pequeñas que habían servido para comprobar que eran mayores las cosas que les unían, y allí reto a esa masa a que supervisaran el gobierno y finalmente el 30 de julio de 1970 mediante el decreto ejecutivo 258 se crea el nuevo distrito especial de San Miguelito.
Esta conversación con mi padre resulto interesante, pues me refirió la manera como evoluciono el pequeño poblado donde habíamos venido a vivir, ya no solo éramos inmigrantes sino también pioneros de nuestro habitad.
Ya teníamos 5 años en Panamá y habíamos tenido la oportunidad de ver como iba madurando el proceso revolucionario y los cambios que había dado Panamá, los cuales mi padre sintetizó de la siguiente manera;

El año de 1972  fue un año especialmente importante, el crecimiento económico nos indicaba que estábamos en un lugar perfecto o casi perfecto, sin embargo no dejábamos de pensar en nuestra tierra.
Se desarrollaron proyectos como los ingenios, los puertos, la nacionalización de las compañías de luz y teléfono, le permitió al gobierno convertirse en empresario e inversionista, se construyeron grandes carreteras, caminos de penetración y puentes, en este año se promulgo una nuevo código de trabajo, se estableció un nuevo sistema de gobierno denominado “poder  popular” unos 1,658 candidatos participaron de una elección que debían escoger 505 representantes de corregimiento en toda la república  y esa elección fue abrumadoramente exitosa ya que el 89 % de los electores, acudió a las urnas y este poder popular iba a ser el responsable de sancionar una nueva constitución, que además le otorgaba poderes especiales al general Torrijos quien era el administrador de la gestión pública, esos poderes que lo convertían en jefe de estado y esto le permitió negociar un tratado más justo para el canal de Panama
 El tratado denominado “Torrijos-Carter” fue ratificado el 7 de septiembre de 1977 y entro en vigencia el 1 de octubre de 1979 justo en el momento que volví a mi país si hago un balance de los más de diez años que duro mi destierro en Panamá debo ser justo y reconocer que fueron años fabulosos, claro hubo sus altas y bajas pero me siento satisfecho de la educación que recibieron mis hijos mayores Angel Emel y Lizbeth Aurora ambos se hicieron bachilleres en Panama, Angel se graduó como bachiller en ciencia y tecnología con disciplina militar en la primera promoción de un liceo militar, plan piloto del gobierno del general Torrijos el cual fue fundado en mayo de 1974 bajo el nombre de Instituto Militar General Tomas Herrera y luego se hizo sociólogo en la Universidad Católica Santa María la Antigua (USMA) Por su parte Lizbeth Aurora se graduó de Asistente a Dietista y Manejo de instituciones en un programa renovado de la Escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía, un centro de enseñanza oficial con una férrea disciplina que marco su futuro profesional, luego se convirtió en periodista y diplomática y presto servicio, en el servicio exterior de Panamá  como encargada de prensa.
 Y los más pequeños  Rafael y Lizeth, aunque se derogo la reforma educativa panameña, recibieron una buena educación que les permitió convalidar y sobre pasar la educación dominicana.

Con el triunfo del social demócrata don Antonio Guzmán Fernández, volví a mi natal Santo Domingo, ante un tímido retorno de la democracia al levantarse el impedimento de entrada a los exiliados y conmigo retornaron en su totalidad los que me acompañaron en la noche de mi exilio y quienes lo habían hecho más llevaderos con sus visitas casi diarias.”
Mi padre y  yo teníamos una excelente comunicación y nuestras charlas eran prolongadas y muchas de esas conversaciones yo tomaba notas muy detalladas y puntuales, lo que me ha permitido relatar casi capítulos enteros con su testimonio, sigamos disfrutando estos relatos.

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