Mi padre siempre tenía
un nuevo episodio para narrarme y cada uno era más apasionante.
“El
día que celebrábamos mi cumpleaños número 32, era la mañana del 19 de diciembre
de 1965 y una intensa lluvia arropaba la ciudad de Santiago de los Caballeros,
ese día se organizó en el hotel Matun una misa en memoria de la caída en
combate del coronel Fernández Domínguez a la que asistimos, el Coronel Caamaño, Juan
Lora Fernández (muerto ese día en combate) entre otras importantes figuras del
movimiento constitucionalista, como Héctor Aristy, el dr. Jorge Blanco, los
coroneles Monte Arache, Marte, Lachapell Díaz etc.
Produciéndose en ese lugar uno de los más
sangrientos ataques después de la misma revolución, el ataque fue perpetrado
con tanques de guerra, morteros de largo alcance, lanza granadas, entre otro
tipo de artillería pesada, además de Lora Fernández cayeron varios soldados, incluido su
ayudante sargento Domingo Antonio Peña.
Pero nuevamente la calidad moral y el arrojo
de estos hombres y porque no hasta el destino se interpuso. Fue una batalla feroz y muy intensa,
desde la mañana hasta entrada la noche, en la que murieron tres de nuestros combatientes, pero les
infringimos decenas de bajas entre muertos y heridos a los agresores.
Esa era la oportunidad dorada, en un solo
edificio la crema y nata del constitucionalismo, pero muy a pesar de las bajas,
no se logró el objetivo aproximadamente pasada las 5:00 de la tarde se logró el
cese del fuego y empezó la evacuación de los constitucionalistas civiles, los
militares fueron llevados en helicópteros y al día siguiente se completó la
evacuación de todos.”
Puntualizo mi padre al
referirse al episodio del hotel Matun.
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